domingo, 22 de julio de 2007

Garúa finito





Garúa frío finito y no termina de caer. Te tomás un taxi y el taxista tiene música que da para tirarse de la ventana. Llegás a una casa calentita y escuchan música sacada del repertorio de Aspen Classic. Parece un bajón, hasta que alguien te abraza y te hundís calentito y la lluvia queda lejos atras de la ventana, puesta por una directora de arte que la tiene con los momentos emotivos. Y sin embargo hay gente que sin músicas ni nada, sólo se muere de frío abajo de cartones húmedos y la soledad de todos los años de calles sin piedad e indiferencia helada.



A veces intento imaginarme como sería estar vagando por las calles sin rumbo certero, corriendo hasta la ventanilla de un auto como relápago a la luz roja de un semáforo. Extender mi mano congelada a una ventanilla cerrada y una cara de piedra que me hace entender con un mínimo moviemiento de cabeza y ojos cerrados apuntando al parabrisas que no me va a ayudar; y que por mucha pena que sienta por mí, mi presencia lo perturba. Y saber que no va a haber consuelo por mis intentos fallidos, ni una cama donde tirarme a contemplar la grieta del techo intentando no pensar en cosas malas durante un rato. Intento imaginarme esas cosas, pero resulta que no puedo, me imagino el peor de mis días, de calles brillantes nocturnas y algún desamor solitario... y no tiene ni comparación!! Tiene amores la gente que vaga por ahí hablando palabras inentendibles, garabaeando el aire? o esa que se sienta en su esquina-hogar en silencio contemplando ya nada de hace años... Me resulta tan extraño. Alguno lo habrá hecho por elección? de ser así, se arrepiente? y los chicos de la calle, que nunca están los papás alrededor, rogándole que compre "una rosa para la más hermosa" al caballero acompañado... que los tiran a la tardecita y los buscan a la madrugada siguiente, en la que deben pagar su tributo del 100% y si no cumplen con la cuota mínima... no me quiero ni imaginar. Quizás sea ese el problema. No puedo imaginármelo quizás por temor a lograrlo. Cómo soporta uno eso? Quizás la respuesta de muchos sea "bueno, están acostumbrados de chiquitos". Yo no lo creo. No creo que alguien se pueda acostumbrar jamás a la falta de calor y de al menos un susurro de aliento. Y pensar que mucha de esa gente no quiere una limosna, come en las iglesias, en comedores. Quizás mendiguen un diálogo, una oportunidad, una dignidad robada, un algo por lo que despertarse de esa cama de loza y cartones.

Y después lo normal es qe uno diga "tengo que aprovechar lo que tengo". Pero, cómo puede tanta gente caminar a diario con miles de ojos que no quieren mirar la comodidad ajena que no los mira por no querer ver la carencia de otros. Cómo pasar a diario por los túneles subcutáneos de una ciudad tan indiferente llena de gente hecha un nudo sobre un piso duro y ruidoso, intentando proteger lo que su piel curtida no llega a mantener alejado. Y hasta los grupos de gente que recolecta lo que alguna vez fue útil para alguien, reciclándose en su fuente de trabajo para volver a serle útil a los primeros. El día caminando, revolviendo miserias ajenas, recolectados ellos a su vez por camiones que parecen haber salido de una película futurista y apocalíptica. Bebés en cunas de ruedas gastadas y colchón de cartones, chicos que miran con ojos grandes a sus papás torcidos en busca de algún tesoro camuflado. Pero dentro de todo, ellos tienen trabajo y no están solos. Y es un trabajo digno, que no está de más decir. Pero qué duro!

Hay algo que se pueda hacer? Es tanta gente! quizás empezar por mirarlos bien, ver que son un Alguien en particular, y no solo una presencia oscura que anda desparramada por las calles. ALGO. Hay tantas ONGs, organizaciones religiosas, gente que se dedica a ese tipo de cosas... debería poder hacerse algo más!! me niego a creer que no se puede. Hecho en Buenos Aires, me parece una iniciativa genial para el caso. Debería haber más del estilo. Dar trabajo, crear proyectos y metas, que dependa de ellos. Quizás ya me fui demasiado... Es que el camino de y al trabajo a veces se transforma en una tortura, cuando salís a pasear y por casi todas las esquinas. Me da bronca e impotencia... y en un día tan frío gris y húmedo como este, me sale por los poros, qué le voy a hacer. Supongo que si te quedaste leyendo hasta acá, no tengo que decirte mucho más.

domingo, 8 de julio de 2007

Esa maldita lengua

Alguna vez te pasó que tenés ganas de hablar, de conversar solo, con alguien o a la nada, pero no tenés qué coños decir? Eso es la verborragia supongo, pero una especie contenida, una que quiere salir y no puede porque no encuentra su forma y las letras parecen haberse desimantado. Entonces uno inventa los mil artilugios para unir palabras incosistentes que se empeñan en mantener su individualidad. El asunto se hace más retorcido cuando uno tiene todas las ganas de hablar, de decir cosas. Cuando uno está frente a otra única persona, mesa y dos vasos de por medio, y una frase recorre de ida y vuelta tu cabeza como mosca veraniega "encontrá algo que decir, hablá, estúpida!". Adiviná qué? no va a pasar. A lo sumo uno empieza a tirar comentarios bobos que se encierran en su propia falta de sustancialidad. Tampoco faltan las preguntas bobas... a veces pasa en las relaciones. Perdón, a veces me pasa a mí en las relaciones, aunque creo notarlo en situaciones ajenas a las que me asomo con la oreja parada y una ceja que husmea como vieja chusma. Es como que no hay nada que decir, o no lo encuentran por pasar tanto tiempo juntos. Entonces empieza la ola de planteos, de palabras que de hecho nunca quisieron salir de entre unos labios pintados de tedio. Y de repente hay un remolino de palabras propias que nos parecen tan ajenas como irreales. Y después el remolino se va, pero siemre se lleva algo. A veces las palabras que estuvieron de más, a veces se lleva a la otra persona, dejando caer sobre uno todas esas pesadas palabras que se dejaron escapar porque sí, sin razón alguna. Y ahí uno se da cuenta, de lo taradúpido que fue, y se ve mirando el msn, el celular, la casilla vacía de mails... Aunque algunas veces pasa que se alivia, pero son las menos.

En fin, la verborragia es evidentemente peligrosa, aunque contagiosa definitivamente no. Ahora que lo pienso, este es un blog entera y completamente basado en la verborragia de un alguien que se jacta de su capacidad de tirar palabras al aire por el simple hecho de querer verles el color... Teniendo en cuenta la primer oración de este párrafo, este blog es peligroso. Bueno, pero te preocupes, no es contegioso :P

Mi manera de tomar apuntes... asi me va