lunes, 28 de mayo de 2007

Grados negativos y algo más

Maldito lunes negativo!!! salía humo de las bocas que intentaban seguir tibias con el frío tajante. Esperando un colectivo madrugador para llegar a las oficinas intranquilas. Hoy sólo quería meterme en un enorme mar tibio de libros. Pero no cualquiera. Hay mares de palabras socialmente articuladas y retorcidas. También hay esos que hablan de teorías del vivir, de teorías del hacer, de teorías de teorías. Hay libros facilones y sus hojas hacen un tintineo de cobre al pasarlas. Esos no quiero. Quiero cuentos y novelas, y fantasías ajenas, sueños, cualquier cosa que no esté dirigido al ego ni a lo social, ni al estudio.

En fin, hoy quería sumergirme en un mar de palabras que me sobresalten y me absoban. No quería salir humeante de mi casa, ni ateravesar esta infesta ciudad a una oficina cínica. Quería quedarme en mi mar privado, como una bañadera caliente; esas que al sumergirte te envuelve en un ronroneo inmenso y calentito. Eso quiero...

Pero bueno, es lo que hay. Me conformaré con café.

viernes, 18 de mayo de 2007

Gentes que van o vienen...

Es díficil discernir.

Qué quilombo!!! paro de subtes y parecía una jungla de monos apurados, gritando, colgando de puertas de cosas amorfas y ruidosas de plástico y metal, como latas de sardinas llenas de bichos que ya no le caben. Usurpadores de buenos humores y buenos todo... modales, intenciones, salud y muchas otras cosas.


De repente me vi en el medio de una ciudad mugrienenta, especialmente el aire, todo contaminado. Cuando el sol de la mañana, casi horizontal y a contraluz muestra tanto polvo o lo que fuera que flota en el aire, invadiéndolo todo, dejando su rastro de hollín. Y la otra parte de aire contaminado, los ruidos que viajan en líneas sin paros ni piquetes con rieles tranparentes en el cielo, en el espacio, en el aire circundante. Ruidos fuertes, feos, agresivos. Terrible. Creo que no recuerdo la última vez que escuché un pajarito cantar mientras caminaba por la ciudad.

Y pensar que la gente parece ponerse en piloto automático y hace ojos ciegos, oídos sordos e indiferencia a más no poder a estas cosas y más. O peor aún, que contribuya sin titubear al estado deplorable de estas calles. Qué terrible, increíble. Tirando basura al piso, gritando, empujando, llevando como un cáncer que se expande una terrible cara de traste y la tolerancia de un extremista por todo lados. Así no se puede vivir, y después hacen campañas para que no fumemos u otras cosas mucho más leves que todo lo que pasa en la calle. Cosas realmente terribles. Nenes descalzos en la calle ya vestida de otoño - invierno!!! Colectivos y camiones que pasan ensordeciendo todo, escupiendo bocanadas de nubes negras y espesas. Gente que empuja, gente que grita, gente que parece cada vez menos gente... Y los piquetes y los paros y q los parió. Yo una estúpida que no tiene su propio auto e intenta ir a estudiar y trabajar, y depende de transportes pùblicos y rutas preestablecidas. Y el funcionario contra el que se quejan: o no va a trabajar o se va en auto y probablemente con chofer... q injusto!!

En fin, voy a hacer otra cosa porque no me quiero contagiar de ciudad.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Cuccinadas

Me levanté a la mañana y semidespierta -o semidormida- repté cual zombie hasta la cocina ocupada por gente que entendí era mi familia. Después del segundo trago de café las vi. Infames! Irrespetuosas y obscenas!! Estaban ahí, enroscadas, una encma de la otra, como si nada. Como si el mundo hicera ojos ciegos a sus actos blasfemos, dejándoles la impunidad del mundo con la excusa de "són inanimadas". Pero no, yo las ví! estaban ahí! Dos medias lunas hechas casi una, una encima de la otra, brillosas bajo al luz terrible de una cocina a la madrugada (las 11 de la mañana de un sábado es terriblemente madrugada).


Intenté separarlas, pero no hubo caso. Estaba mi hermana menor presenciando tamaña muestra de libertinaje!! Pero ellas ni bola, siguieron en lo suyo. Fui a buscar la cámara para que no crean que sanateo o fabulo. Lo más extraño del asunto, es que en las últimas fotos que les saqué, tomaron forma de una persona agarrando un niño. Como madre e hijo. Me pareció muy extraño.


Pensé que fue un incidente aislado, pero después empecé a notar que todo en lal cocina se descontrolaba. La sal gruesa montaba a la sal fina, apareció un objeto muy extraño sobre la mesada de mármol... luces de colores entraron desde la ventana y la pava me hablaba en idioma silboide, las fichas de un ajedrez hecho garompa se descontrolaron e hicieron tamaña fiesta... me empezó a abrumar el escenario, sentí ganas de parar todo. Seguro que era culpade la TV, las películas, publicidades, canciones, y mil estímulos externos que alteran el orden cósmico y hormonal.




Después dicen que el ajedrez es aburrido...
Entonces qué iba a hacer?? arrebatada como estaba por las escenas tan cruelmente bizarras, me dejé llevar por el impulso más incontrolable de todos. Tenía que reaccionar. Parpadié con fuerza, sacudí la cabeza y repte como animal de la noche que sale de la cueva para comprobar la vigencia de la luz, de vuelta a su cueva. Mi almohada seguía siendo una almohada sin vida, y mi acolchado seguía sin saber volar.


No me pregunten qué es eso...