lunes, 22 de diciembre de 2008

muñequita mía, mía, mía...


De chiquita jugaba entre sus libros y sus muñecas. Jugaba a ser sirena y se podía pasar días enteros sumegida en su casa de muñecas. Nunca invitaba amigas, y no dejaba a nadie acercarse a sus juguetes. Tanto era el recelo con el que defendía su pequeño mundo imperturbable que tuvo que hacerle modificaciones a su cuerpo. Necesitaba un cuerpo de muñeca, para jamás comer ni sentir culpas, y fuerza de diez manos, que una cola de sirena-pulpo le podría dar. Fue así como nadie jamás puedo arrebatarle su pequeño mundo, su mundo de sirenas, muñecas y colores. Quedaba claro que esta pequeña de 5 eternos años nunca supo lo que es la amistad.

No hay comentarios: