miércoles, 2 de mayo de 2012

humores de páginas añejas

Cuatro días de ocio, de familia y de perezas. Y un miércoles que imita al lunes parecieran un futuro negro en un martes-domingo. Y sin embargo, no lo es. Esta mañana estoy de buen humor. El viernes descubrí que había terminado mi libro, mientras iba chicnchuda sentada en el colectivo de ida. Por lo tanto, el martes-domingo busqué en las orillas y en las tripas de mi biblioteca hasta encontrar esos volúmenes aún intocados por mi vista y explorados por mis dedos. Encontré tres candidatos: una obra de teatro un tanto densa, que empecé en algún momento y no dudé en cerrar y dejar que se añeje en perfección para un otro momento. El segundo era un libro en realidad ya leído, pero que me anotjaba re-leer. Y el tercero: un misterio de páginas amarillas y perfume a vejez, sin tapa ni contratapa, casi que se siente deshacer entre los dedos. Era como una oportunidad, que quizás mañana se haga polvo antes de poder disfrutarla. Entonces lo metí en mi mochila.

Esta mañana, en la cercanía obligatoria con otros tantos pasajeros de a pie en el 108, saqué mi libro con religiosidad y disfruté un instante, con cuanto disimulo fui capaz, de su olor adictivo a nueva aventura vieja. Devoré varias hojas en las cuadras que me separaban del trabajo. Ahora ansío la llegada de la vuelta, o un recreo para seguir en esas hojas de tesoro descubierto con olor a italia, sangre y amoríos. Y también, algún díalogo que me hizo levantar la sonrisa en esta mañana fría de miércoles-domingo.

Y también, que me devolvió las ganas de escribir en este rincón casi abandonado. Aunque quizás sea Buenos AIres, o quizás el ocio, o quizás nada...

pam pa ram pa ram pa pammmmm

que los libros y el buen humor estén con nosotros!

1 comentario:

Anónimo dijo...

siempre :) sei tornata a scrivere! saludos ;)