viernes, 1 de febrero de 2013

será será será

Será que me alcanzó la lluvia en este rincón helado. Será que como el agua afuera, mis pensamientos se descongelan y empiezan a gotear. Será que el fernet tiene gusto a quinta y la radio suena como la que ponía mamá cuando nos traía del colegio, con esas calles todas mojadas con aromas de todos los colores. Será que ya pasó bastante, y sigo siendo una extraña entidad de caos en esta red articulada en cuadrículas organizadas y funcionales. Sea por lo que sea, las añoranzas parecen querer entrar, como las gotas que golpean incesantes la ventana, rogando cobijo.

Será porque caigo de nuevo en las noches insomnes, aunque ahora empiezan tan temprano como los días; y las distancias temporales se agudizan. Será que los álbumes de fotos son malas compañías en la lejanía. Será un agujero que dejó un "boludo" y un "hola Loreeeenzo". Serán tantas cosas que hoy las siento tan pesadas como las contracturas en mi espalda. Las añoranzas y melancolías de noches que no terminan de ser tibias, o los fantasmas del miedo y los cambios que vienen cabalgando para establecer un nuevo régimen. Será que no me logro llevar con este idioma de los mil demonios. Será que los días se deslizan con el hielo y no logro hablar con nadie. Será que necesito acurrucarme en casa mirando algún programa de leyes y órdenes con mi hermana. Como sea será que estar en este ser ahora requiere urgentemente la locación exacta del botón de pánico. Porque todo cambia y se apura, porque todo sigue y fluye. Y yo paso de vereda en vereda esperando que sea mi turno de subirme al tren que me lleve a destino. A cualquier destino, con tal que tenga un sentido y una dirección, un vector con trazo firme que apunte a un solo lugar. Quizás el camino más sensato ante los ojos eruditos, puede no ser el más indicado para este caos ruloso. Y empezar de cero es una de las cosas más difíciles que hay. Y decidirse también. O más bien, decidirse a perder la opción que no se toma. Sip, quiero no decidir, quiero no tener que dejar algo. Porque lo que dejo es una YO que fuí, y que acá no la encuentro. Era tan linda mi yo, porque las personas que la rodeaban la hacían. La yo de ahora es amorfa, todavía es una masa cruda que no encuentra molde. Habrá que seguir amasando...

En fin, me voy a dibujar algo para agregarlo a estas palabritas.
Me leíste, te quiero :)


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