lunes, 6 de septiembre de 2010

spicy!


Mi sábado arrancó tarde. Un gigante reloj con manecillas que se negaban a avanzar retumbaban en mi cabeza, la ansiedad eterna de la campana del recreo. Tarde. Medio chinchuda, me cambié y, como me ofrecieron el chofer, le pedì que me lleve a un barrio medio lejos (acá el lejos es media hora en tráfico moderado). Cuando me iba a bajar me pregunta cuànto iba a tardar, a lo que le contesto que se vaya nomás. No la entendió de primera. "saya jalan-jalan di sini" (voy a caminar acá)le repetía yo "jalan-jalan", pero él no etendía. Es decir, entendió las palabras, pero se rehusaba a dejarme ir caminando sola. "Hati-hati" (cuidado) me repetía en tono paternal. Sí, sí, terima kasih (gracias).

La bulé se puso a caminar de nuevo entre gritos, bocinas, vendedores y vigilantes de seguridad que se asomabas como zuricatas al grito de bulé. Con la chinche que tenía, los mandé bien en porteño a freír churros, y me sonreí para mí misma por poder mandarlos a la mierda y entenderlo yo sola.

En fin, la cuestión es que entre tan poca vereda, pisos feos y hombres y calor y las mil cosas al pedo que estaba cargando -parecía un ekeko-, ví una mujer serpiente, sirena medusa y aún quizás era la madre de Alejandrito Magno, siendo acosada por tres dragones que venían volando al ataque. Los tentáculos saltaban desde lo bajó para subir rodeándola con potencia brillante. Wooooowwww Ella, más grande que yo. Los dragones, tamaño de perros medianos-chicos.








Salió a mi encuentro un señor que hablaba tanto Inglés como yo Bahasa Indonesia. Por ende, nos comunicamos como pudimos. Se presentó como mi guía a lo que era una galería de arte. Su nombre es Puryanto, y me fue encendiendo las luces de la galería y se me quedaba al ladito todo el tiempo. Cada tanto intentaba preguntar algo. Nos reímos de lo que entendimos y de los problemas de entendimientos; y así fuimos recorriendo la casona que hacía de galería, muy linda por cierto. Lo mejor, fue que al llegar al fondo me encontré con un jardincito de lo más lindo con unas mesitas. Lástima que no tuvieran un café, sino que me convertiría en habitué. Estaba sola yo en toda la galería, con Puryanto que me acompañaba.

En cuanto a las obras en sí, me parecieron muy copadas. Especialmente me gustó la idea de tener un Lennon gigante ne blanco y negro por Rosid o las muñequitas medio diabólicas de Rolayyah Diana Capung. Los precios no me parecieron nada altos para esas obras, por loque pude chusmear en el catálogo que sacó mi guía personal para que yo pudiera anotar los precios. También me regaló otro catálogo con obras de un artista indonesio llamado Bob Varium.









En fin, cuando ya estaba sacando las últimas fotos, me muestra su ID, y me pide una ID. Supuse que era para algo de la galería, porque es normal acá que me hagan anotar el nombre y cosas en lugares. Pero dijo "aaaaannnnnnnna.... aNa". Sólo quería pronunciar bien mi nombre para que al acto seguido de desenvainar su teléfono celular, pudiera decir bien mi nombre y señalando a ambos, pedirme mi número de teléfono. Ufff... el calor se notaba cada vez más. me hice la boludaza, sonreí y perfilé sutilmente para la puerta. Èl se reía, no sé de qué.



En fin, llegué afuera y le pregunté cuánto por la recorrida, y como no me entendía, me cansé y le extendí un billete. "Gratis, free free" (para ellos gratis es exactamente lo mismo que para nosotros). Sin más, me fui dejando una nubecita de polvo y un indonesio que seguía riéndose de vaya uno a saber qué. Nota para los lectores que necesitan màs que pocas palabras: no, ni pensé en darle el teléfono.

En fin, seguí caminando y me fui perdiendo, sacando fotos de cosas que me llamaron la atención, como la fuente de caballos que no me copó, o las flores que hay por doquier amontonadas en un puestito.





Seguí caminando y me encontré una vez más con la tienda de juguetes y cosas tradicionales para chicos. Esta vez sí que entré y me quedé un rato. Una chica llamada Ima (o algo así) me atendió y me mostró muchas cosas. Cajitas con galletitas de colores llamadas orejas de elefante, juegos de madera, dragones barrilete que vuelan... Yo estaba inmersa en los recuerdos de niñez que nunca fueron mías y de las que nunca había escuchado. Pero estaba fascinada, todo o quería. Estaba yo en un encantamiento, un embrujo de colores que me hicieron niña en lo caprichosa por quererlo todo. Me llevè unos paquetitos simpáticos que no entendí bien qué eran, una especie de lo que parecía pochoclo o maní chino y burbujas. Sisí, son como unos pomitos que vienen con unos tubos. Ponés el contenido en el extremo del tubo y soplás. Y se forma una burbuja con la que podés jugar hasta uqe se desinfla. Me encantó. Para cuando salí de mi hipnosis infantil, estaba en una calle cuyo cielo se apagaba y el calor se había cansado de andar pisando tan fuerte. Tenía que volver a casa, y despuès de no varias vueltas y vergûenzas típicas de pajuerana, logré cruzar una avenida y tomarme un 'taksi'.





Estaba lejos de casa y no había comido en todo el día, asíque en el camino abrí el paquete de lo que parecían pochoclos (ya que lo único que entendí es uqe eran bolitas amorfas a base de maíz) cubiertos por algo como caramelo. Me meto uno en la boca. La punta de mi lengua siente algo dulce, muerdo la crocantez de una galletita o un pochoclo pero con muuucho caramelo. Trago. Me meto un par más y los como como maní. No pasan ni 10 segundos que siento que la parte de atrás de la lengua comienza a incendiarse. Mi garganta arde... y lA PUTA QUE LO PARIÓ!! estoy lejos de cualquier fuente de agua y faltan como 30 minutos para llegar a casa, si es que no me encuentro con más tráfico antes. La hangurrienta, glotona, ansiosa de anita no podía esperar, y ahora le pica el calor hasta en el pelo. grossa. a falta de agua, seguí comiendo los pochoclos picantes. Tenía hambre. Te conté que al mediodía me había pedido una ensalada y me vino super picante? cómo puede ser una ensalada picante?! en fin... me tengo que acostumbrar, me dije.

Llegué, tomé como 3 litros de agua y me encerré en el cuarto.Tenía que probar las otras cosas con los paquetitos tan lindos que había comprado. Unos cilindros balncos con letras y dibujitos en rojo, en un atadito de 3 paquetes, cuidadosamente ordenado y cerrado. Casi que me da cosa abrirlo. Impaciente, abro la bolsa, saco un paquetito, lo abro esperando ver unas galletitas bizarras pero veo como unas pastillas gigantes. Las toco y son arenosas, blancas, sin brillo ni nada. Me apuro a meter los dientes en una, arrancándole la mitad. Mastico un poco, la boca se me hace desierto, la arena sin crocantes de azúcar, ni su sabor, me coloniza todos los rincones de la cavidad oral. No tiene gusto, aunqeu en la nariz siento un leve..."algo". Pero la p... otra vez?! me acabo de tragar media pastilla de jabón o una naftalina natural, me voy a intoxicar y voy a estar con diarrea un mes! pensé. Me apuré a buscar en internet... pero cómo buscar esto? busqué las palabras qye había en el envase y encontré un sitio que tradujo google (què sería de mi sin el translator). uffff sí, era la cosa comestible más espantosa que probé en mi vida: una insulsez (seh, invento palabras on-demand) sin textura ni atractivo alguno para los sentidos. Un susto nomás y una nueva cosa que no vuelvo a probar ni que me paguen. wacala!



Me llega un mensaje, es Ryan, mi amigo indonesio. Que ya sale para el punto de encuentro. Me cambio rápido y yo tambièn salgo. El taxi ya esperaba en la puerta principal del lugar-palacio donde vivo. Me subo, le digo a donde y arrancamos. Tráfico, era obvio. Y solo para sazonar un poco más la noche, prrrshhhhhhhhllllluvia a baldazos en la noche calurosa llena de tráfico y horas que pasan ligeras incitando la impuntualidad. Me pongo a sacar fotos con la càmara que tenía en la cartera. Avanzo de a poco. Un ratazo de calle, pasa unas camionetitas tipo van, con gente adentro y... gente arriba! aunque ya había parado de llover para cuando pasaron, no parecían muy felices por màs que algunos movían banderas. La gente está en pleno Ramadhan acá, y andan festejando. se acerca otra festividad. En fin, llego al shopping donde nos ìbamos a encontrar, saco un par de fotos porque él se retrasa. Nos encontramos, me regala una cartera. el motivo del regalo, "for bulé" me contesta. Buen, no soy bubena recibiendo regalos pero... "gracias pibe". No conozco las "reglas" de acá, si las hubiere.









Nos subimos a otro taxi que nos pasea por ahí y nos lleva, después de no pocos desaciertos, vueltas y firuletes, a un bar. Llego, entro y era oscuro. Vaaa-mos! un bar ocn onda a los de baires. va a tocar una banda, me dicen. Peor antes de sentarme, noto unas pantallas que están pasando... fútbol! qué cosa eh! en los bares de todo el mundo pasan fútbol?! En fin, me siento y mataría por una cerveza, por lo que contesto "bir" a la pregunta uqe no entiendo del mozo. "oooohhhh no alcohol, no alcohol sini". La santísima que lo parió! UNA PUTA CERVEZA!! hasta una Liberty podría haber tomado, pero ni eso. En fin, me pido un jugo y pollo frito (tipo milanesitas de pollo). Sólo que las muy malditas vinieron empapadas de esa salsa picante que comen acá en todos lados. Ya ni putié, respiré hondo y comí hasta uqe sentí la cara hinchada y los labios de la Raquel Manchini recién inyectada de bótox. Mientras como aparece la banda. Es una banda de covers... yanquis. Sisí, canciones poperas y demás. La chica cantó una de ac dc que me hizo sonreír y casi me pongo a saltar cuando alguno pidió "sweet child o mine", pero no la hicieron. Mi amigo tambièn pidiò un papelito para pedir tema, y mientras habalban los de la banda leyendo papelitos, escucho un alargado "ooohhh buenos aaaaiiiiresssss". Me reí un toque, còmo para ellos es tan exótico como para mí Jakarta. En fin, termino el pollo de los mil demonios de fuego y pido un helado para apagar el infierno. "ooohhhh dsfhsoinhej" es lo que entendí, a lo que mi traductor me dice que ya cerraron la cocina y están cerrando el lugar. Me moría de sueño, pero ni pensaba irme a dormir sin mi helado. Me llevó a un lugar franquicia yonki que está abierto 24hs y me pedí mi helado. Ya estaba más contenta y con ganas de volver a casa y dormirme todo. Cosa que hice bastante, porque no me levante hasta bien entrada la mañana del domingo. Pero eso es otra entrada.

6 comentarios:

Farolera dijo...

waaaaaaaaa... este post me alegró el día, gracias sis! me coparon las fotos, el relato, todo: fan-tás-ti-co. muah!

Unknown dijo...

ESPECTACULARRRRRRRR!!!!!!!!!
me hiciste reir mucho!
bueniiiiisismas las fotos

Anónimo dijo...

escaso el sol en indonesia ...?
Hay un fuerte rumor que cambiaria de ... Bensonita a Bensonesia ?

Anónimo dijo...

A mí tmb me divirtió mucho leer el relato, me salvaste el embole de viernes a la tarde. Me gusta como escribís, encima me hacés acordar a una amiga mía muy querida que también le decimos Anita (ya conozco 2 personas que usan la palabra pajuerana, notable). Me leí todos tus posts, y muy buenas fotos tmb, parece un lugar pintoresco. Pero flojísimo con la comida por lo que leo, te la regalo. =P

Salutes
George

Lucas Martín Moure dijo...

Jajaa, sister, te mando una Stella Artois por correo?

bensonita dijo...

Flo, ma: gracias!!! :D las quiero muahhh

Anónimo. la foto está mal expuesta... (?) un minuto al sol acá son como 2 minutos al microondas. No da. Incluso la gente usa paraguas para el sol.

Hola George! no sé quién sos, pero gracias por tus comentarios y leerme. Ya me empieza a dar curiosidad quién sos. Pero está bien así :)

Lucas: SIIIIIIIIIII ya tomé unas heineken igual. God bless 7eleven! jaja cuando vuelva voy a saber andar en moto bien. Te salta alguna idea?