viernes, 7 de marzo de 2008

Días grises, mares que flotan

(Sr. M.O.M. parte II)

Escucho un piano que no deja a las gotas terminar de caer, y ellas bailan suspendidas, inalterables en la pesadez fresca del día. La luz no viene de ningún sol hoy, el cielo entero es un gris que, extrañamente, tiene un brillo que deja ver... es una luz tenue y difusa, llena de un misterio que en las películas definirian como londinense. Y en ese vaivén de música húmeda me acordé de vos. No por algo en particular, sólo porque sí. Quizás porque te prometí un silencio, te ofrecí un rato de mis pensamientos que flotan a través de un vidrio, hoy mojado de aquel lado


De pronto se me ocurre que es un mar susurrado, un mar que en un aliento sin prisa, se pasea en un reposo melancólico; eterna suspensión hasta que gotas furiosas lo terminen de hacer caer; o quzás un sol furioso envíe sus barcos recolectores y se lo lleven todo. Por ahora, es un mar más, uno diferente, para nuestro cofre de mares, y esta vez te lo regalo yo a vos. Empiezo a creer que sale de mi cabeza, y va abarcando más y más: busca encontrarte. Lo imagino ya vagando por San Telmo, parado en los puertos, embarcándose hacia oceános azules y metiéndose en los bares, los cafés... Flotando sé que te va a llegar tu susurro hecho mar por mí, o quizás sea el mío. El correo de mares, el envío de profundidades calmas y tempestuosas continúa, y espero que siga. Y habrá para nosotros un mar de mares, océanos miles de mares recolectados, campos con plantaicones de mares, y en todos lados habrá mares: en los aros colgantes color púrpura de una viuda, ragalo de su difunto esposo; en una gota que no quiere desprenderse de un brote de Paraíso, en un vitral que hace un enorme mar colorido en donde flotan personas solemnes, en todos lados hay mares para que descubramos, y pronto te enviaré otro. Hoy me sumerjo en éste, un tanto frío, pero al resguardo de este vidrio, y de mis pensamientos cálidos, es más que acogedor.


Un beso Capitán! nos encontraremos en altamar!

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