viernes, 25 de abril de 2008

Dígame Sr. Nacho

Lo conocí enderezando árboles torcidos en una calle chueca y tímida, escondida detrás de una gran avenida; Corrientes quizás. Creo que yo era quien quijotescamente peleaba contra la desviación de sus troncos. Esto fue hace años, en la casa de alguna fotógrafa... De esto me acuerdo vagamente, salvo por algunos detalles. Fue hace dos años ya? tres? hasta cinco años atrás puede haber sido. Imoprta? no necesariamente

Amigo de la vida, siempre alegre, suele creerse tantísimo menos de lo que es; como suele pasar con grandes hombres de la historia (todas las historias). No creo que pare de asombrarse, se le nota en una sonrisa infantil. Pero no por inmadura, por gentil, por transparente. Infantil en asombrarse y conmoverse, en el espíritu lúdico siempre ajeno pero atento, con una independencia casi caprichosa. Pero de nuevo, capricho bueno, infantil. Poruqe ahí ve a su musa y babea. Habla de las pequeñas cosas que no son melosas, pero ama de ella. Y una escucha y quisiera ser ella, solo para que alguien hable así de nosotras. Dichosa ella, dichoso él.

Un fernet y una cerveza. Palermo, demasiada gente, demasiada moda. Ahí los dos, cada tanto recuperando el sentido, algún sentido en una conversación que veriaba entre robos de bancos, máquinas de pan y libertades compartidas. El primer día enderezamos árboles, el otro día tejíamos la noche, la próxima? tengo en la mente una vaga promesa.

4 comentarios:

nachingal dijo...

Es lo bueno de tener una buena amiga:
ignora lo feo y exalta (mucho) algunas cosas buenas.

me siento en deuda con vd.

nachingal dijo...

guacha: "como suele pasar con grandes hombres de la historia"

te fuiste a la mierda

nachingal dijo...

y para que veas q no soy tan bueno:
me olvidé lo q te había prometido.

bensonita dijo...

"Nacho says:
ahí te lo puse, para q veas q me animo a hacer el ridículo en público"
me dijo con respecto al último comentario.

Gran hombre no por escribir páginas con teoría que cambia el curso de la humanidad, ni por ser representante de la ONU o esos títulos raros. Gran hombre al modo quijotesco, al modo de hacer de dos putas dos hermosas damas con sólo tratarlas como tal. Gran hombre por contagiar esa felicidad por ser, ese andar tranquilo y charla amena llena de sonrisas. Hombre tranquilo, divertido como pocos, hombre sin miedo al ridículo porque es seguro, porque sabe bien lo que es (aunque su humildad le oculte gran parte de esa grandeza)y lo que no. Con años de estudio y práctica se puede ser un gran intelectual, pero ser una gran persona no se aprende así como así, hay gente que nunca lo logra. Mucha. Así pues, salud, Gran Hombre!