lunes, 30 de agosto de 2010

Domingo amigable

Arranqué mi domingo como corresponde, con una hora de fiaca en la cama antes de ir a buscar mi cafè con leche. Todavía había rastros en mi cuerpo del esfuerzo físico de ayer, y de la excitaciòn inseparable de la novedad. En eso me llega un mensaje en argentino preguntando dónde nos encontramos. Mensajes que van y vienen con palabras como "vemos" y "dale" ya me pusieron de buenas.

La cita era en Sanayan City, uno de los tantos shoppings de acà. Ahí me encontré con Aniko Villalba, una argentina que anda viajando por todos lados. Dos bule (y ella rubia) hablando en 'argentino' por el shopping. Tan bin poder habalr fluido en argentino sin formalidades! Comimos nasi goreng (el famoso arroz freito que se sirve con cualqier cosa acà) con pollo -con la parte de afuera dulce-. No nos aventuramos demasiado. Mientras estábamos ahí vino mi nuevo amigo Ryan Wijaya, un indonesio que ilustra y trabaja en publicidad de acà. Lo contacté para preguntarle sobre unos cursos y nos hicimos amigos. Además le gusta la fotografía. Fuimos a buscar el postre a un lugar donde hacer panes de todo tipo y yo me comprè una minitorta de chocolate con crema y arriba un poco de durazno y frutilla (los pedacitos de fruta), ella se pidiò un cheesecake y èl nada (por que sera que a tantos hombres no le gusta el postre?). No lo pudimos comer en el lugar entonces seguimos viaje a una casa de fotografía en Kemang, que es como el barrio de palermo en Buenos Aires: bares de moda, locales y eso. Entramos a la casa de fotografía y salimos los 3 con cámara. Ellos con las que tenían y yo con una nueva d80 que encontré usada a 500 usd (o un poco menos). Me compré un lente nuevito y un par de cosas mas y no gastè mas de 650 usd. Y pienso hacerla bosta a esta càmara. Tierra bicis motos.


yo feliz con mi muffin

Mi nuevo amigo Ryan

Aniko, argentina, bulé y viajera

En fin, salimos de ahí y nos metimos en una calle poco transitada porque las dos glotonas queríamos comer nuestro postre con urgencia. Ahí estuvimos un rato comiendo y descansando y nos empezamos a morir de sed, asique nos acercamos a un puestito donde vendían agua de coco. Pedimos 3 cocos. Mientras los abría a machetazos, Aniko y yo sacábamos fotos y nos miraban como diciendo "què onda? nunca viste alguien abrir un coco?" jaja. Y yo despuès me quedè sacàndole al coco solo, asique mas se rieron o pensaron "extranjera boluda, sacandole fotitos hasta al coco!". Pero no me importó. Tomamos el agua, raspamos los bordes para comer el coco y quedamos pipones pipones. Al menos a las mujeres nos cayó pesadito.



mi amigo Coco

Después fuimos a ver un bar que se llamaba "Amigos", pero resultó un restaurant demasiado iluminado, asique seguimos caminando. Mientras caminábamos, encontramos una tiendita escondida de lo más linda. Vendía juguetes tradicionales hechos a mano, y golosinas que tambièn parecían "retro". Si no fese porque íbamos cansados, sedientos y yo con demasiadas bolsas de torpeza para un local tan chico, hubiesemos estado mas tiempo y comprado algo. Pero nos fuimos buscando un bar.

carrito de comida que hay por todos lados

Finalmente, nos sentamos en una mesita afuera, ya de noche, y pedimos una cerveza y unas cositas para comer. Yo comí unos pedacitos de pescado con ese rebosado blandito que le ponen los asiáticos a muchas cosas y había dos dips, uno picante y el otro un poco dulce. Probé de los dos. En frente de dónde estábamos había un local de tatoos, y lso personajes de ahì eran muy... cool. Les robè una foto, aunque me hubiese gustado sacarles mejor, pero estaba muy cansada como para caminar o intentar comunicarme. Asique temrinamos la cerveza y la comida y nos fuimos a nuestras casitas.


afuera de la tienda de tatoo

De ahora en màs, verà Ud varias fotos! Lo que sí, no tengo mouse ni photoshop, asique por ahora seràn sin procesar las fotos, perdòn si demasiado oscuras o fuera de foco o algo, estoy aprendiendo a usar lente y càmara.

Más fotos acá
sampai jumpa!

sàbado libertario

Los días se pasan ajenos edurante la semana. Tengo dos alas que un acuerdo tácito cubre de oro sólo para que esta cabecita no levante vuelo y despegue para vagar por ahí durante los días de semana. Sin embargo, llega el fin de semana y el oro se disuelve como arena seca, se desprende y salgo a revolotear por ahí.

El sábado me esperaba Martini en la puerta. Es una chica indonesia que conocí en el patio de juegos: la nanny de otras nenas. Mi primer amiga de acá.

Salimos de la burbuja de cristal y nos tomamos un mini-bus hasta Block M (la temrinal). Este transporte es como un colectivo que emtieron en un lavarropas y se encogió, al punto que mi trasero quedó suspendidamente trabado en el aire cuando me quise sentar, ya que el largo de mis piernas era demasiado largo para la ínfima distancia que había entre mi asiento y el respaldo del de adelante. Finalmente, entre miradas incesantes sin el menor rastro de pudor y el señor que tocaba la guitarra, me senté de costado usando dos lugares hasta llegar a la terminal: Block M. Calor, gente, demasiadas miradas, puestitos informales de ropa, accesorios y cualquier cosa. Saqué pasaje y me amontono con otra gente en la parada del colectivo. Èsta está elevada, como la tarima del tren o del subte, sólo que esta es cerrada como un container de hierro y vidrios. Llega el colectivo y para exactamente en el lugar necesario para uqe coincida la puerta del colectivo con la puerta de la parada coronada con dos carteles dividiendo la fila de hombres de la de mujeres; aunque no parecían muy respetuosos de ellos. En fin, sin no pocas miradas entro al colectivo. La gente no deja de mirar sin reparo, e incluso le preguntan cosas sobre mí a Martini, mi amiga. Es muuuuy muy incómodo.

Una vez que nos bajamos, tuvimos que cruzar una avenida que me hizo pensar que había llegado la hora de morir. La gente acá cruza por cualquier lado, incluso las avenidas, usando una mannito extendida como único escudo ocntra los autos (aunque parece funcionar ya que, incluso en calles transitadas, los autos y motos frenan o te esquivan). Finalmente llegué al otro lado de la enorme corriente de autos desprolijos y un gran arco nos daba la bienvenida al barrio chino de jakarta.

Las telas coloridas y especiadas de la India y otros lugares se combinaban con los puestitos de fruta y comimdas elaboradas, sazonados con palabras gritadas por algunos parlantes que, sin saber el idioma, se sabían invitaciones al gastadero de plata para la manada de peatones-hormiga que se escurría desorganizada por entre los puestos callejeros, autos y motos. Quise comprar algunas frutas extrañas (para mí), pero a falta de un lugar tranquilo donde sentarme a comerlas y el largo día que tenía por delante, decidí dejar esos sabores para otra ocasión.

Ya habiendo recorrido el barrio chino (que no son más que unas cuadras en realidad), decidí buscar una oficina postal para ver si podía mandar unas cartas que llevo conmigo hace rato y no logro despachar. La cuestión es que terminé en la oficina central, pero ya estaba cerrada. Martini le preguntó al guardia y éste empezó a preguntar y hablar en indonesio. Yo no entendía nada, y en un instnate estaba siguiendo al guardia por la parte trasera, donde las motos y las vans cargan y descargan cartas. entré al edificio que tenía algunos gatos muy flacos y con la cola como cortada (como todos los gatos acá, pero hablaré más sobre eso cuando sepa si se las cortan o son así). Por unos pasillo muy tétricos, vacíos y algo venido abajo llegamos al depósito de las cartas, donde millones de pensamientos ocmpartidos, palabras de felicitaciones, citaciones, folletos y ofertas esperan ansiosas. Parecen murmurar entre ellas sus contenidos, queriendo alardear quién hará el recorrido más largo o a quién la depara un destino exótico o tiene un contenido especial. Un enorme depósito de palabras que por estar en tinta esperan no ser llevadas por el viento, o por algún desorden del correo.

Seguimos caminando por pasillos, subimos por un ascensor de carga y la gente siempre mirando, mirando la bule (extranjera) que anda por los pasillos con sus cartitas prolijas en la mano, queriéndolas llevar a Argentina "oooohh Maradona!" seh, maradona. Yo no quería tanto lío. Cada persona que cruzamos agarra mis cartas, las examina y dice cosas que no entiendo al guardia que nos escolta. Finalmente, llegamos a la oficina de atención, sólo que del lado de atrás del mostrador, donde tan solo dos personas quedan. Despuès de mucho mirar mis cartas y discutir, me dicen que no tienen más estampillas y que enicma, si la mando por correo normal, van a tardar 3 semanas, si es que no se pierden en el camino, cosa que no me pueden asegurar.

En definitiva, no pude mandar mis cartas, pero tuve una visita de lo más interesante a la oficina de correo central de Jakarta.

De ahí fuimos a buscar al hijo de martini al trabajo de su marido, que trabaja en la seguridad de un edificio de oficinas. En el camino la gente grita las pocas cosas en inglés que sabe. Me miran, siempre. Soy muy pálida, y por màs que ande con pollera hasta el piso, se nota mi blancura.

Algo que no me gustó, los conocidos de ella me trataban raro, y su hijo no me hablaba. Despuès me dijo ella que creyeron que era su jefa. Sí, sólo por carapàlida. En fin, fuimos con el hijo de Martini a comer, frenamos en un puestito en la calle. Es igual a todas las parrillitas ruteras argentinas. Un par de mesas con bancos, una especie de "barra" alrededor para quienes la prefieren, y la cocina a la vista. Me pedí lontong (rroz hecho como en "masa" con la parte de afuera verde, que no tiene mas gusto que el arroz blanco común), sate ayam with kacang sauce (brochette de pedacitos de pollo grillados con salsa de maní) y para acompañar y mojar en la salsita, krupuk (que son unos cuadraditos inflados con gusto a... galleta de arroz o algo así). estaba buenísimo! Claro que despuès quería quedarme en el lugar y morir. Pero muy rico. Me cobraron de más y mientras comía no dejé de escuchar "bule bule bule" por todos lados, y Martini se reía de oras cosas que decían. Me dijo que eran cosas como "esa chica trajo una bule" "hay una bule en el fondo" etc. Claro qeu me cobraron precio de extranjera, aunque me habrá salido, junto con dos te frios que me tomè, unos 2.5 USD. Una genialidad! Y comí hasta no poder más, llegué muerta de hambre al lugar.

Después de ahí, fuimos al Monas (Monumento Nacional), que es EL espacio verde de Jakarta. Fuimos en bajaj, que es la motito que està en la foto. Llegamos y había varios vendedores de ocmida, jueguetitos luminosos y demàs. Pero de pronto salieron todos disparados al ver unos señores de verde con gorritas que entraban caminando... En esa área se supone están prohibidos los vendedores. Volviendo a la descripciòn del parque, en el medio tiene un monumento que es como una obelisco delgado y alto, pero en la parte superior tiene una llama de fuego que dicen está hecha de oro. Se dice tambièn que si la tocás, lo que sea que pidas se te va a cumplir. En horarios normales se puede subir y mirar todo desde arriba del monumento, que está rodeado por mucha agua, pero yo fui de noche ya, como a las 7 de la tarde. El ligar es lindísimo, varias fuentes, mucho verde, flores, unas casitas para pájaros de madera lindísimas... paz y una luna que sin estar llena, estaba gingante y amarilla. Nos sentamos en el pastito esperando el show de aguas danzantes que no llegó. Pero la pasamos de lo más bien en el calor enfriado por la noche, el vientito nocturno y el casi no ruido.



Estando sentada mirando vi algo de lo más curioso. Acá hasta a los gatos raquíticos les enseñan acerca de la tolerancia, o son muy vagos. Estaba uno de ellos, flaco muy flaco èl, caminando muy despacito y por al lado le pasa una lauchita. Casi que frenó a saludar al don gato y decirle buenas noches. El gato la vio, y ni pelota, siguió buscando algo que comer. Tambièn vi murciélagos, pero no chiquitos como los de buenos aires, sino grandes y van màs despacio, haciendo alarde de sus vampirezcas alas. Hacen riudo y te pasan cerca. Tambièn una Señora rata casi que me vino a saludar, pero se fue muy tímida. Por suerte.

Un día largo, clauroso y lleno de novedades para estos sentidos que no quieren dormirde en ese lugar tan nuevo y diferente. salvo el olfato quizás en ciertas áreas (es terrible como el calor magnifica los olores!).

Este fue mi sábado, contado sin omisiones importantes y agrandando detalles. Sobre mi domingo... eso merece una entrada aparte

viernes, 27 de agosto de 2010

todo pasa y todo queda

Y me cayeron las fichas. Tarde y de la peor manera. Descubrirte alienada en un entorno extraño, ver los amaneceres que pierden su belleza por carecer del matiz de hogar, tomar un café con gusto a extranjero y ver las imágenes que pasan por la ventana del auto codificadas en otro lenguaje. Quiero un abrazo, y no está el sillón de mi casa con mi familia para molestarme. Quiero pelearme con alguna amiga porque a ùltimo momento decidiò no salir al bar conmigo o salir a caminar sin rumbo celebrando el frío menguante. Estoy muy lejos de mi casa, y el pedazo de corazón que me traje quiere volver a juntarse con los pedacitos que siguen merodeando en buenos aires. Hoy es la primera vez que extraño por la distancia. Hoy quiero llemar a un amigo e invitarle unas cervezas, hoy la mezquita que reza y canta me hace sentir sola y el mundo se hace demasiado grande; y hace dos días tenía el tamaño de un grano de arroz.

Pero que no se malentienda, no quiero volver todavía. No la estoy pasando mal, simplemente hoy el tiempo y la distancia me pegaron con la añoranza de todo lo mejor que dejé en el camino. Quizás sea la luna tan grande y amarilla que amenaza con acercarse demasiado a la tierra, enloqueciendo las mareas, preocupando a las mujeres de los navegantes e inquietando corazones susceptibles que buscan un vago recuerdo del otro lado de la ventana. Sip, es la luna sin dudas.

Cosas que aprendí en estos días sobre los musulmanes:
- Ramadhan: se hace ayuno durante todo el día hasta que se pone el sol. Dura varios días.
- Las mujeres que estàn con su período menstrual no pueden hacerlo. No porque necesitan alimentarse e hidratarse, sino porque en ese período están sucias. Después tienen que compensar donando dinero o haciendo el ayuno una vez que el período se fue.
- Los hombres musulmanes no pueden tocar mujeres que no conocen. Recién cuando e conocen bien te pueden saludar dàndote la mano (por ejemplo).
- Rezan muchas veces por día y frenan todo para hacerlo. Antes, creoq eu se lavan los pies y las manos. Si no es solo para rezar igual lo hacen varias veces por día.

Lo más curioso de Indonesia hasta el -para la subjetividad que escribe al menos-, es que no existe el apellido como lo conocemos. Es decir, en una misma familia (madre, padre, hijos), puede que no tengan ninguna parte de los nombres igual. Pueden tener varios nombres que se elijen al momento del nacimiento, pero el apellido no se pasa porque no existe. Tienen primer, segundo, tercer nombre quizás, pero no apellido. Hay gente que puede tener un solo nombre en el documento (sí, sin apellido) e incluso puede su nombre ser MJ como iniciales, solo que no hacen referencia a nada, y ese es todo su nombre.

Además, para llamar a alguien formalmente se agrega pak(señor) o ibu (señora) adelante del primer nombre. Y si yo me casara con un Carlos Juanito, la formalidad indicaría que la gente me llamara por el primer nombre de mi marido, o sea"Ibu Carlos". Me parece re loco. Pero lo que està bueno en cierta forma es que no està esa presión o "carrera" para mantener el apellido. Simplemente se llama cada uno como quiere. Más aún, el presidene de acá (bah, no se si el actual o el anterior) tiene muchos hijos, y en la prensa extranjera, como no tenían forma de hacer referencia a la familia como "la familia kirchner" (poro poner un ejemplo), los llamaban por el nombre de la calle en donde vivían (nombre que no me acuerdo). O sea, podrìa ser "la familia juncal" o "la familia 33 orientales". Me explico? espero que sí, porque me pareció muy raro el asunto.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Gente, comida

Confirmé que quien más sonrie, muchas veces corre riesgo de caer en la frialdad. En cambio, el que más reacio parece a una relación, sólo necesita una palabra o un gesto para que te regale su sonrisota más cálida y te abra los brazos de par en par.

Un ejemplo de lo que digo es Pak Saidi, el chofer de la familia, que no parece muy simpático ni sociable. Sin embargo, ahora cada vez que me lleva a mí sola me habla y hasta se ríe! incluso se está animando a ser amigable conmigo en presencia de otros, jaja. Es muy gracioso "susa susa" me repite cuando le enseño alguna palabra en español que no puede repetir. Se ríe y me enseña algo de bahasa. No se si "susa" se escribe así, pero hasta donde entendí, significa que tiene problemas para decir algo. Es un "se me lengua la traba", como me pasa con algunas palabras del bahasa. Tidak mengerti!! o mejor dicho, belum mengerti!

Con lo que estoy indignada es con la comida acá. No hay alfajores!! vendo mi alma por un cachafaz! Y el café... tiene gusto a pan quemado. Ya extraño horrores eso. Sin embargo, dejé de fumar. No lo decidí ni nada, simplemente pasó y no me dan ganas. Y otra cosa... las galletitas!! no puede ser, es una aberración! me compré unas galles rellenas de limón. Uno espera unas tapitas tipo maná, merengadas, duquesas... más no. Ubicás las galletitas Rex? esas saldas para la picadita o el copetín? bueno, ESAS MISMAS, rellenas de crema de limón. Casi me pongo a llorar. Y hoy me pasó igual. Fui al súper y como el chofer no venía hasta dentro de un rato, entrè en una de las tantas bakerys que había y me compré dos panes que son como las facturas de acá. Sólo que son un poco más grandes y más "prolijas" por decirlo de alguna forma.
En fin, me compré dos de las màs "austeras" (había de varios colores y formas, como pan verde o con forma de cabeza de nena asiàtica). Volví acá, me preparé mi café con gusto a pan quemado y agarré la que era como un pan redondo con tres montañas o divisiones menores. Es blandito. Arriba tiene ocmo unos bastoncitos, pero... son de queso!! era un pan salado? la masa es blandita, esponjosa y suave como la de las donas. Pero descubro en el primer bocado un manojo de pasas de uva... Bueno, zafa la combinaciòn. Pero parece que abajo de cada montañita hay un relleno distinto, porque cuando mordí la segunda había... chocolate!!! sí, y los bastones de queso arriba... pero lo peor... el tercer relleno de la tercer "montañita" es... QUESO! Queso con chocolate con pasas de uva y otro queso diferente y masa de dona.... Me lo comí todo igual, pero creéme que no se va a volver a repetir. El otro pan parece màs tranquilo, mañana me enterarè.

Qué más... enchastrada de brillantina y tintas de colores estoy redescubriendo princesas, sirenas y brujas. Estoy practicando bricolage y me llevo muy bien con las chicas. Y hasta les enseño canciones y no se quejan de lo mal que canto. La más chiiquita a veces es un monito, se te agarra y no te suelta. la podés tener a upa sin agarrarla que ella se va a quedar ahí. Me río bastante, y de a ratos me quiero meter en el pozo del silencio y la soledad absoluta. Pero ya me acostumbraré. Como a todo el resto, espero.

domingo, 22 de agosto de 2010

Primeros Días

18 de Agosto
Banderas rojas y blancas todo lo adornan. La música del lugar no se deja silenciar por la lluvia torrencial pero intermitente, y las bailarinas se mueven coloridas, ajenas al mal tiempo. El grito de la independencia celebrada ya 65 veces en el archipièlago más grande del mundo se hace sentir no solo con los oídos. La libertad de Indonesia, antes bajo la soberanía Holandesa, festeja sus 65 años de libertad. No es poco.

Los bailes coloridos se suceden, son sus elaboradísimos tocados, pies descalzos, coloridas ropas, caras pintadas y maquilladas, y sonrisas imborrables. Sus bailes entre vueltas, percusiones y cànticos se suceden, de todas las regiones del país. Y los bailes y la vestimenta, la escena completa se asemeja a la geografía del lugar: bailarinas con la gracia del agua y los colores y cantidad de partes y detalles que se asemejan a la vegetación del lugar. Si hay algo que noté en seguida de este lugar es su abundancia vegetal y su colorido axhuberante. Es que el verde intenso de la rimbombante vegetación se corona con flores por doquier que muestran vanidosas sus preciosos colores. Definitivamente este no es mi lugar, no es mi gente. Y sin embargo, no me siento poco bienvenida, estoy a gusto acá. Claro que es muy pronto para decir, pero mi primera impresiòn de este extraño lugar en donde el viento canta por la noche-madrugada llamando a los fieles a la oración, es muy buena. Creo que voy a sobrevivir a Indonesia con una sonrisa.

nota: acá, 5 veces por días las mezquitas cantan. En vez de las campanas de las iglesias católicas, acá se escucha el rezo cantado musulmán. Una de esas 5 veces es a las 4 o 5am, que con mi cambio horario siempre estoy despierta para escuchar.

21 de Agosto
Ya tengo los horarios bien, y mis cosas guardadas en mi cuarto. Ya fui al shopping, que es un delirio. Varios pisos super pulcros con tecnología por doquier y las mejores casas de ropa (versace, luis vuitton, etc) todas juntas. Impresionante, aunque no es lo que màs me gusta. Algo que descubrí me gusta del shopping acá es ver la tolerancia por doquier. Antes de entrar a cualquier shopping tenès que pasar tu bolso por rayos x, y por un detector de metales, y a la entrada chequean los autos con unos espejos por el piso para ver si hay bombas y tambièn abren el auto y le pasan una cosa que creo que es un detector de explosivos. Pero más allá de eso, adentro del shopping, ves mujeres todas tapadas salvo la cara, y muejeres con taco aguja y vestidos super cortos. Acá todo vale siempre que no ofendas al de al lado. Y eso me encanta(y estoy aprendiendo un poco sobre algunas costumbres y creencias musulmanas). Hay hindúes, musulmanes y católicos, hasta donde vi.

Algo extraño, es que casi no hay veredas acà. La gente no camina!! El tráfico es desprolijo y siempre hay embotellamiento, es un delirio. Y manejan del otro lado. Motos por doquier y unos transportes muy simpàticos y màs económicos que constan de un triciclomotor con una cabina para dos pasajeros atràs. es una moto que puede llevar dos personas atrás en unos asientos, todo cubierto claro. Son como mini autitos. Volviendo a lo anterior, acá la gente no camina, y descubrí por mi propia experiencia el porqué. Intenté dar una vuelta manzana. Primer error, las manzanas son muy raras acá, algunas son interminables, y no siempre son manzanas como las conocemos, cadradas y todas iguales. Además, si encontrás una vereda, probablemente esté rota, con vegetación que la invade o gente que se tira ahí y créanme, no querés pasar por delante. Te gritan y te dicen cosas. No se si querían que les compre o algo, pero no estaba bueno. Probablemente mis facciones obviamente no indonesias me hicieron un balnco perfecto para gritos, chistes y miradas. de autos y de la gente que estaba en la calle. en fin, la mayor parte de mi caminata la hice sobre la calle, temiendo por mi vida con estos conductores tan desprolijos.

En fin, después de unos minutos de estar caminando me empecé a derretir, quise cruzar la calle para ir a una sombra en frente. Malísima idea. Cruzar la calle es todo un tema, sobre todo esa calle tipo avenida en la que estaba. No hay semáforos, y si bien la gente no va muy rápido, son muy desprolijos. La conclusión: en lugares céntricos de Jakarta NO SE CAMINA.

Algo gracioso que me pasó, fue que mientras lavaba unos platos, veo que de abajo de uno de ellos, sale una cabecita triangular, color purpura o bordó, con dos ojitos negros. Muy simpática. Corrì el plato que tapaba el cuerpo y sale chapoteando en el agua trepando la pared de la pileta una lagartijita muy simpaticona. La agarré entre mis manos, tratando de no asustarla demasiado y la llevé al jardín. Cuando la solté y la miré, vi que le faltaba la cola. Entonces fue cuando volví a buscarla, ya que la había perdido del susto. La cuestión es que la encontré moviéndose sola en la pileta de la cocina. Bastante bizarro verlo. pero me divertí atrapando y agarrando la lagartija, aunque me dio pena uqe haya perdido la cola por mi culpa.

Otro episodio con animales, fue que estàba en un taxi frenado en un semáforo y, entre la gente que se acercaba a las ventanillas para vender cosas o pedir, se acercaron dos personas vendiendo... monitos!!! sí! te vendían unos monitos tipo lemur (como el rey medio gay de madagascar) en el semáforo. Muy dóciles parecían. Le vendedor llevaba uno en la mano que estaba quietecito y no estaba agarrado con correa ni nada. Miraba con ojos gigantes en su cara de rata nomás, moviéndose un poco pero no demasiado. Si esta no fuese una casa ajena y viviera acá, me los compraría todos para dejarlos libres en mi jardín. Pero bueno, otra vez será.

Puntos negativos: me intoxiqué con una comida loca que probé. No era demasiado rara, pero la sufrí un tiempo y ahora en solo pensar en comida se me revuelve el estómago. Era previsible. Más allá de eso, todo genial.

Respuestas a preguntas comunes: Sí me metí en la pileta ya. En donde vivo hay piletas por todos lados. Sí hace calor, pero lo que mata es la humedad. Es como Buenos Aires en verano, días muy calurosos y otros normales. Sí, uso saquitos, hay aire acondicionado en todos lados. No, no probé durian, ni frutas muy diferentes. Sí comí papaya, mango y otras frutas ricas. Nop, no explotó nada por ahora. Sí, voy a ir a Bali. Sí, ya estoy averiguando para ir a komodo. Sí, estoy por comprar una cámara nueva, la más barata y canon.

domingo, 15 de agosto de 2010

llegada a Jakarta, Indonesia

15 de Agosto
Llegué a un aeropuerto donde ya el piso era diferente a los otros; éste era cálido. En Indonesia, el aeropuerto se asemeja a un hogar más que a un shopping de ùltima generación, sólo le falta el letrero que diga "Bienvenido a casa". El piso es de ladrillos o lajas opacas y cemento, apenas barnizado para protecciòn. El techo no es demasiado inalcanzable y algunas tallas en madera y unos arcos de igual madera tallada enmarcan los pasillos y te hacen saber que llegaste a Indonesia. Anita, estás halfway round the world!

Algo que me llamó la atención mientras esperaba en los diferentes aeropuertos, es como, gradualmente, una minoría étnica pasó a ser mayoría; y al revés. En Chile más que nada argentinos, chilenos y algún turista. Ya en Auckland había mucho gringo, australianos y otros occidentales, y algùn asiático. Más adelante, ya en el aeropuerto de Sydney, había varios asiáticos. Creo que era mayoría japonesa. Y cuando llegué a la gate por donde embarcaba mi vuelo, creo que vi a dos australianos y el resto todos asiáticos. Ni siquiera estaba en Indonesia y ya era una minoría absoluta.

En fin, llegué al calor húmedo de una ciudad dormida y desconocida. Por la ventan del auto se sucedían las imágenes nocturnas, las polaroids de la ciudad latente en luces incansables y sabía que estaba lejos de casa; edificios monstruosamente grandes, casa chatas, algún barrio parecido a nuestras villas. Hasta pasando por el barrio residencial, que se parece a un barrio del conurbano, aún siendo de noche, se notaba la diferencia. No estaba ni cerca de mi país. Y en ese momento, donde debería haber empezado a entrar en pánico, no lo hice. Me dieron ganas de que sea de día para salir a recorrer nomás. Creo que alguien no me avisó y me inyectó un sedante, porque hasta el momento no hay signos en mí de panic attack. Lo que sí, estoy ansiosa y contenta. QUiero ver todo YA. Abrir los ojos, las fosas nasales, los oídos. Empaparme de la cultura nueva de todo lo que flota en el aire y hace la urdimbre de esta región del planeta completamente exótica para mí.

Veremos qué pasa.

viernes, 13 de agosto de 2010

Hacia siempre jamás

Mi viaje empezó con peripecias, de burocracias, errores propios ajenos, desorganización y corridas. Recién en el aire sobre mares impasibles de un blanco imperturbable me sentí hudida en la tranquilidad de saberme a la deriva en un cielo sin indicaciones, en las manos hábiles del piloto que nos mecía como un recién nacido. Recién nacida. Ese es mi estado en este momento. Nazco, dejo una piel de reptil vieja en el lugar del que partí, hecha de corazones rotos y rutinas de gris oficina. Tengo una nueva piel que crece dolorosa, una piel verde camuflada de aventura.

La cordillera cubierta de merengue. La cordillera que empieza en océano calmo que deriva irremediablemnte en mar al llgar a la orilla; mar tempestuoso que se esrtella quijotesco contra los gigantes de tierra glaceada. Y es una foto, rompe con toda la furia de las formas y la aparente quietud de lo inmenso. Yo soy como esa ola de nube que no termina de estrellarse contra la montaña. Ya las primeras salpicaduras rebotadas se alzan violentas en el aire, casi furiosas. Pero es el comienzo. Un largo proceso el de romper el orden viejo para adoptar uno nuevo, una revolución a la monotonía, a lo seguro, a la contención. Y sin embargo, estoy CONTENTA. Tranquilamente contenta.

No puedo decir que lloré, tampoco salté de júbilo. Simplemente me sonreí ante mi fe ciega en que no hay diferencia en entre hemisferios, religiones, aromas, climas y tradiciones.

Mencionaste al dios del viento hace no mucho, y acabo de conocerlo. Estaba descansando sobre las nubes que acarician la cordillera, disfrutando el calor de los últimos rayos dorados de un sol ajeno. El dios de vientos potentes y desastres naturales estaba manso e inalcanzable del otro lado de la ventanilla, recolectando rayos de sol que necesita para crecer, para expandirse, para tomar fuerza. Empieza en la brisa imperceptible de montañas inhóspitas y hostiles, que un par de lunáticos cruzó con fuerza animal. Únicamente. La veo desde arriba, eterna cadena montañosa de los mil desarraigos, que no inspira más que soledad, frío, insignificancia… Soledad.

Cae la noche atrás mío, espejada en en vidrio a mis espaldas. Las luces se prenden, el artificio se despierta y las montañas enmudecen su silencio perturbante. Parecen amenazar la ciudad con su enormidad. Tan grandes, tan inalcanzables. Casi como la idea de estar con ese dios del viento que me crucé en el camino, en el silencio compartido en un rezar sin palabras a un sol que apacigua los latires fríos y nos recuerda a las sonrisas cálidas de una noche atrás. O al costado ;)

miércoles, 4 de agosto de 2010

Cuscuta o cabello de ángel

Será prorque para él todo es tan serio y para mi todo tan divertido, o sólo porque sí; pero nos encontramos en una conversación a mitad de camino, cada uno tirando para el lado que quería. Y sin embargo no era una pelea, resultó el más ameno cruce de palabras por un chat de lo que hubiera imaginado. Especialmente en el molestísimo estado gripal en el que estoy. Un entretenido y enredado diálogo. En el envase se podía silenciar el molesto ruidito de los mensajes recibidos, y en el prospecto decía "Ante cualquier duda, hable con Diego. El de los rulitos que no se hace llamar dios". Santo remedio ;)


Como sea, él se desconectó y yo me puse febrilmente a garabatear. Salió esto:


La cuscuta o cabello de ángel es una planta parasitaria. "Son las que viven a expensas de otro vegetal. Sus raíces se modifican transformándose en órganos llamados chupadores, los cuales penetran en los tejidos de la víctima (huésped) para absorber los jugos de la misma."

Tengo que configurar al wacom en el windows 7...

ref.BOTÁNICA, Jorge Vidal, ed. Moly & Lasserre. (Se cae a pedazos, pero amo este libro)